martes, 12 de febrero de 2013

La riqueza cromática de una escritora afectuosa y próxima, Ana Alcolea


            Amable y afectuosa, entregada, intuitiva y gran comunicadora, arribó una vez más a su Cantabria querida, a nuestro IES José María Pereda. Es Ana Alcolea, la creadora de El medallón perdido, hallado en cada encuentro con sus jóvenes lectores, que la miran con admiración, la escuchan con embeleso y le preguntan por Benjamín, Sandrine, Sebastián…, por los secretos de la exuberante África, y por Ángela, esa mujer misteriosa que aparece en sus tres primeras novelas.



         Les habla de la magia de la Literatura, del creador de El Quijote, su maestro, de la relevancia de cada lector, que crea conjuntamente la obra literaria con el escritor. Y ellos, los alumnos-lectores, esta vez de 1º de la ESO, se sienten fascinados, otra vez, por las palabras que son los enigmas que subyacen en esas mentes jóvenes, ávidas de conocimiento y aventuras, de encontrar la llave que abra los secretos guardados en sus propios corazones.

               Les supo a poco la charla, querían más, y lo tendrán, en sus otras novelas, la del premio Anaya: La noche más oscura, en la última publicada: Napoleón puede esperar, y en la que está escribiendo mientras viaja de encuentro en encuentro, por toda la geografía española.


           Sus novelas dejan huella porque se adentra  en los deseos humanos, porque reivindica los valores universales: el amor, la amistad, el crecimiento personal, el tiempo, y la contemplación de la sabia naturaleza.

             Sus espacios preferidos son Italia y Noruega, a los que la unen lazos sentimentales que la fortalecen, desde los que su prosa fluye como cascada suave, acariciadora, atrayente, y con ella disfrutamos de la luz, la brisa, los fiordos y acantilados; también las casas sólidas, con su historia reciente, la de una guerra terrible de la que extrae lo mejor del ser humano: la resistencia al horror, en Dónde aprenden a volar las gaviotas una mujer, enamorada de un soldado nazi nos cuenta su historia enigmática y asombrosa; el recuerdo o la añoranza que habitan su novela premiada, ubicada en un faro en medio del mar, son retazos de esas novelas, ya van diez, en las que nuestra autora preferida, inventa personajes verosímiles, jóvenes, que anhelan lo que todos: Una vida plena, alejada de lo mediocre y rutinario.

     Por eso, los alumnos hicieron cola para que les firmara su libro, lo hacía con un lápiz de colores, como lo son sus personajes y ella misma, una variedad cromática rica y variada, exuberante y sencilla a la vez.

       Cada vez que nos visita nos ayuda a soñar un poquito y siempre nos deja las buenas vibraciones que son el aura que la acompaña. 


Texto: Prof. Carmen Alonso González. 23 de enero de 2013